«Juguemos a un juego» dijo él. «Vamos a cerrar los ojos, nos vamos a acercar de espaldas. Allí, nos giramos y, una vez por turno cada uno abrirá los ojos». «¿Para qué?», dijo el otro. «El que abra los ojos podrá tocar al otro la parte del cuerpo que quiera. Luego, cada uno escribirá una nota en privado, nos las intercambiamos y las leemos cuando lleguemos a casa, pero vendrán con nosotros toda esa tarde que estamos compartiendo».
Uno escribió: «Te quiero con locura», el otro: «Te voy a echar mucho de menos»
Más tarde uno tocó corazón del otro. El otro tocó fondo.
No sé qué les ocurrió.
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