Tu manía de hacerme sonreír. Tu empeño en pretender protegerte de heridas pasadas. Tu idiotez, tan linda. Tu sonrisa a media asta. Tu pasión en cada paso que das. Tu mano, en mi rodilla. Tu mirada, descansando en la mía. Tu sorpresa tan humilde. Tus diez minutos de transición. Tu vuelo incansable. Tus sueños, tan férreos. Tu enorme dulzura. Tus guiños de escape. Tus silencios de paz. Tu falsa arrogancia. Tu latido, calor. Tu compleja sencillez. Tu autocrítica sana. Tú.
Luego estoy yo; pero eso es tonto tema.
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