Brilló tan intensamente que el pequeño filamento construido no supo gestionar tanta eficiencia. Voló tan alto que sus plumas no soportaron la escarcha. Y así como vino, sin grandes festejos, así se fue, sin grandes ovaciones. Y sin embargo algo se llevó en macuto, algo que no era suyo, algo que aprendió.
Ahora queda un escombro que no se resiente. Una cáscara de algo demasiado dulce. Un soñador sin ganas de dormir. Un amuleto sin valor. Una declaración sin impuestos. Un último latido sordo. Un vegetal sin vitaminas, un color sin frecuencia. Un agotado monopolo magnético. Un añoro incesante y hambriento. Una respuesta sin pregunta.
Hoy, te echo mucho de menos. ¿Tanto me echas de más?. Hoy te espero despierto. Hoy, me olvidas dormido.
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